Karaganda Imperial
Exótica.
Maravillosa.
No accesible.
Estas eras las tres palabras que venían a la mente de cada uno quien venía a Karaganda Imperial.
Durante de los ciento quinientos años pasados el lugar que los haitantes del Imperio Ayarr apreciaban por su naturaleza magnífica y por los recursos inagotables mereció un pronombre otro.
La tierra de los piratas
***
El día era como los otros. Soleado, fresco, lleno de voceríos de aves del mar.
El día siguiente de esta isla del paraiso donde la naturaleza y la gente lograron acostumbrarse de vivir juntos en harmonía.
Pero ni el sol ni la fresca brisa del mar ni las aves del mar estaban capaces de entender la locura de la gente que se sucedió durante de este día.
Quinientas fragatas de piratas preparadas especialmente para maniobrar en las aguas poco profundas del golfo del Norte pasaron el borde de asalto de naves dreadnoughts imperiales que estaban abarcados en los arrecifes de corales varias horas. Las fusiles de largo alcance de los dreadnoughts imperiales que tenían que asaltar a los las fortalezas de los insurgentes del litoral lograron destroir una tercera parte del enemigo pero el final estaba claro – las naves rápidas de los piratas desminuieron rápidamente la mayoría de la distancia convertiendo las ármas imperiales completamente inútiles.
Después empezó el abordaje y el masacre.
Durante de las siguientes dos horas los piratas destoieron la invencible armada imperial, cautivaron la mitad de las neves, asi como también cinco mil oficiales y marinos y degollaron el resto.
Los cautivados fueron llevados a una isla del golfo del Norte y públicamente decapitados para que sirven como ejemplo al “poder corrupto del imperio” del continente que de nuevo podía desidir mandar “armadas no castigadas” hacia la libre y in Karaganda gobernada por el independiente gobierno de sabios y demócratas del Gremio Imperial.
Las aguas no profundas y sorpendientemente verdes de corales del golfo de Karaganda se enrojecieron de la sangre de miles de personal matadas durante de este día.
Y el Sol, la fresca brisa del mar y las aves del mar no estaban capaces de entender la locura de la gente que se sucedió durante de este día.
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